En los últimos años México ha
tenido un gran crecimiento en la actividad exportadora con respecto a la
calidad de sus bienes y servicios ubicándose a la altura de los mejores del
mundo, sin embargo la mayoría de los empresarios mexicanos no se preocupa por
crear condiciones para competir mundialmente, es por ello que la mayoría de las
empresas no son lo suficientemente productivas y por lo mismo no podemos ganar
más de lo que exportamos porque las importaciones son igual de caras o
elevadas.
En este capítulo entiendo que las
empresas se pueden dividir en tres tipos, las productivas, las que intentan ser
productivas pero no lo logran y las que en definitiva son incompetentes.
El primer tipo de empresas recibe
un gran reconocimiento por los excelentes productos o servicios, pero
independientemente de esto lo que se debe de admirar seria la capacidad de
organización que tiene la empresa ya que sin esta organización no sería posible
su productividad. De igual forma mediante la organización se pueden obtener
algunas estrategias de expansividad y comercialización, es decir, buscar la
manera de que los productos o servicios abarquen diferentes lugares del país o
del mundo, para lograr de esta forma un liderazgo por sobre las demás empresas
y más que nada por encima de su competencia. También se pueden buscar alianzas
estratégicas con otras empresas para alcanzar ventajas competitivas que no
alcanzarían por si mismas a corto plazo sin gran esfuerzo. Lo que se busca es
tener una buena calidad y productividad para poder ofrecer un excelente
servicio a los consumidores y a los empleados, y todo esto solo podría lograrse
si se tiene en cuenta de que se deben hacer cambios profundos. Los empleados
que trabajan en este tipo de empresas son más eficientes y productivos ya que
cuentan con una mayor participación en las diferentes áreas que maneja la
empresa, se menciona que lo que ellos buscan es ser tratados como entes
completos, con todo y su cerebro, con esto se entiende que no solo sean
“utilizados” para producir los bienes o servicios finales que el cliente compra,
sino que se sientan dueños de la organización, en lugar de pensar que sólo es
meramente un puesto de trabajo, ya que con esto no sólo se sentirá más
satisfecho, sino también más comprometido. Sin embargo no hay que olvidarse de
la jerarquía, más aún cuando es necesario tomar decisiones difíciles o
complejas.
El segundo tipo de empresas son
las que han hecho algún intento por sobresalir más sin embargo debido a su
ineficiencia, corrupción y maltrato a los usuarios no han podido lograr un
reconocimiento, el más claro ejemplo es la empresa Telmex, pues ocupa uno de
los primeros lugares de quejas ante la Procuraduría Federal del Consumidor. Los
directivos en esas empresas solo tienen un objetivo, buscar su propia conveniencia
y es por ello que nunca se cuestionan si hacen las cosas bien o mal, si su
forma de llevar la empresa les funciona y les reditúa con eso basta, los
empleados son poco importantes, ya que tienen el concepto de que los superiores
son los únicos que pueden pensar en cómo se puede hacer más eficaz y productiva
la empresa, y los empleados solo deben obedecer órdenes. Solo se busca ganar, pero no en beneficio de
todos los que conforman la empresa, sino, solamente de los directivos.
Por último, el tercer tipo de
empresa, son el mejor ejemplo de la incompetencia pues son incapaces de
sostenerse de manera eficaz en el mercado. Se menciona como ejemplo la empresa
juguetera, la cual prácticamente desapareció del país, y esto fue porque las
empresas extranjeras llegaron con mejores artículos, sobre todo de calidad.
También hace referencia a la productividad del petróleo, ya que nosotros lo
explotamos, lo enviamos al extranjero y al final regresa al país para ser consumido,
viéndolo desde este panorama se puede apreciar que es algo que no nos favorece
puesto que los productos que se venden son más caros de lo que probablemente
podrían costar si la empresa que explota el petróleo de nuestro país se
encargara de producir los mismos productos que se nos envían del extranjero y
así también se podría mejorar la economía de las empresas para que a su vez
estas generen más empleos y mejores salarios.
Pero ¿Qué tiene que ver la
psicología organizacional en esto? Pues es muy simple, está dedicada o enfocada
a cada nivel de desarrollo de las empresas para buscar la mejor acción o
solución que deba darse a la persona que encabece la empresa o que solicite la
ayuda del psicólogo organizacional para conseguir una mejor eficacia y
productividad, tanto de la empresa como de los empleados y del consumidor,
puesto que lo que cada persona busca es satisfacer sus necesidades y
expectativas, pues a veces de manera inconsciente buscamos ser saludables,
productivos y felices. Lo más importante es estar dispuestos a hacer un cambio,
tanto personal, como tecnológico y social, ya que, el cambio siempre será un
aliado que lo único que podría originar seria el éxito de la empresa, sin
embargo, muchas empresas no se arriesgan a hacer dichos cambios por el simple
hecho de ver que les va bien con respecto a sus expectativas sin darse cuenta
de que el mundo siempre está en un cambio constante y por lo mismo la empresa
no se debe quedar atrás y debe buscar maneras de como revolucionar en el
mercado.
De igual forma para poder generar
aún más cambios en todo el personal se debe procurar poner en marcha todos los
conocimientos que el psicólogo organizacional dejo plasmados en cada uno de los
miembros de la empresa y no esperen a que les tengan que decir lo que tienen
que hacer, siendo esto otra de las formas para sentirse y ser productivo.
Por lo tanto la psicología
organizacional se basa en la necesidad de las empresas y de las industrias de
contar con personal especializado y de planificar racionalmente las tareas, con
el fin de obtener mayor rendimiento con menos esfuerzo, en unos sistemas de
producción cada vez más complejos y diversos, teniendo como objetivo el estudio
y control del comportamiento humano en relación con su trabajo y como este se
desarrolla.
Bibliografía
Nueva Enciclopedia Autodidáctica 2003.
Psicología del trabajo. En Nueva Enciclopedia Autodidáctica (VIII, 298) Lima,
Perú: Lexus. pp. 230-232
Zepeda Herrera, F. Psicología
Organizacional (2008). México. Parson